Ya está casi todo listo. Restan sólo los detalles finales. Los nervios del cierre de todo proceso se hacen notar en las instalaciones de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), en tierras cordobesas.
En el paraje Falda del Cañete, a poco más de 30 kilómetros de la capital provincial, se le dan los últimos ajustes a la antena radar del satélite de observación Saocom 1B, que será lanzado al espacio a fines de este año desde la mítica estación de Cabo Cañaveral, en Estados Unidos.
Los ingenieros del Laboratorio de Integración y Ensayos (LIE) del Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Conae construyeron un similar instrumento para el satélite gemelo Saocom 1A, cuyo lanzamiento se vivió como una verdadera proeza de la ciencia argentina en octubre del año pasado.
La antena radar es el instrumento principal que se ensamblará al satélite de observación que servirá para complementar las tareas de su gemelo, ya en órbita. Entre ambos, generarán mapas diarios de humedad de los suelos, se identificarán áreas de riesgo de inundaciones, se detectarán suelos secos con propensión a la producción de incendios y se elaboran mapas de riesgo de enfermedades en los cultivos, entre otras aplicaciones prácticas. Publicidad
Saocom es el acrónimo de Satélite Argentino de Observación con Microondas.
Hecho en Córdoba
La pata cordobesa de esta operación de altísima tecnología termina esta semana. En la próxima, la antena radar comenzará su viaje hacia Bariloche, donde será ensamblada en la también estatal Invap con las demás partes del satélite, para luego proceder a las pruebas previas a su lanzamiento.
“Es idéntico al Saocom 1A”, explicó ayer Jorge Medina, jefe del proyecto en la Conae. “Se fabricó en menos tiempo porque se nutrió de lecciones aprendidas. En menos tiempo y con resultados excelentes”, apuntó Medina.
El jefe del proyecto explicitó los beneficios que tendrá para tareas de investigación el hecho de que Argentina tenga dos satélites del mismo tipo orbitando la Tierra. Publicidad
“Con dos satélites idénticos orbitando siempre en oposición se permite duplicar la posibilidad de revisita”, detalló. “Si con uno teníamos una repetición de 16 días, con este tendremos una repetición de ocho días y revisitas más frecuentes. Un punto cualquiera de la Tierra, dependiendo de la latitud, lo podremos ver cada dos días, cada tres días”, citó.
En la Conae. Trabajos finales, ayer, sobre la sofisticada antena radar, que se acoplará al cuerpo del satélite. (La Voz) Publicidad
Paso a paso
Álvaro Garbiglia es el responsable del Laboratorio de Integración y Ensayos (LIE) y quien dirigió el proceso de construcción de la antena, paso a paso.
“La antena es una de las partes de este instrumento, del radar de apertura sintética. Otra parte la constituye la electrónica central que está en la plataforma de servicio y la tercera parte que forma el instrumento es la que está en Tierra y donde se analizan los datos (que envía el satélite) y se construye la imagen”, indicó Garbiglia.
El científico se mostró orgulloso del personal que trabaja en el área que dirige: en total, son 90 personas en el LIE y en la empresa Veng que, además, reciben el aporte de todo el personal de la Conae.
Los resultados
El viaje de la gran y sofisticada antena a Bariloche será toda una maniobra de logística para el personal del centro espacial. En la ciudad patagónica se unirá con la plataforma de servicios y la electrónica central del SAR construidas por el Invap y los paneles solares fabricados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea).
Después, se iniciará la “exhaustiva campaña” de ensayos ambientales previa al envío a la base de lanzamiento, en Estados Unidos.
El desafío es llegar con los tiempos para que ese proceso se realice durante 2019 o, a más tardar, a principios de 2020.
En la sede de la Conae cordobesa ya se percibe una nostalgia por adelantado. Se prefiguran las imágenes que se verán la semana que viene cuando se pliegue la antena para su envío a Bariloche. Y será una despedida a meses de intenso trabajo y dedicación.
Junto al Saocom 1A, son los satélites más relevantes de la historia argentina. Implican una sinergia de la ciencia nacional, ya que integran varios organismos estatales, para un proyecto que lleva más de una década de continuidad.
La antena radar, una parte clave del satéliteSe sumará al cuerpo principal, hecho en Bariloche.Como la de su gemelo Saocom 1A, la antena diseñada y ensamblada en la sede de Conae en Córdoba tiene 10 metros de largo y 35 metros cuadrados de superficie, y un peso de tres toneladas.A 650 kilómetros de la TierraPara los científicos y los técnicos de la Conae, el proceso de construcción de la antena radar del Saocom 1B representa un nuevo hito que pone en alto el nivel tecnológico adquirido por sus recursos humanos.Tanto en el Saocom 1A –puesto en órbita exitosamente en octubre pasado– como en el 1B –que está en su etapa final de construcción–, las antenas radar SAR de banda L (que es el elemento diseñado y ensamblado en Córdoba) están compuestas por una matriz de 140 módulos radiantes, distribuidos en siete paneles, con 20 módulos por panel. Cada uno es comandado de forma independiente en fase y en amplitud por sus módulos de transmisión-recepción, lo que hace posible que se pueda variar el apuntamiento de su haz de forma electrónica desde el espacio hacia la Tierra y que esta matriz funcione como una sola gran antena.El Saocom 1B se unirá a su gemelo 1A en el espacio a fines de este año, ambos a 650 kilómetros de distancia de la Tierra, para sumarse a los cuatro satélites Cosmo-SkyMed de radar SAR de la Agencia Espacial Italiana (ASI).Ambas constelaciones forman el Sistema de Satélites Ítalo-Argentino para Gestión de Emergencias (Siasge).Este sistema, a partir de un convenio entre las agencias espaciales de Argentina y de Italia, será el primero en ofrecer productos radar en su espacialidad de investigación, con una configuración única en el mundo.Para Argentina, se trata del quinto satélite científico que pondrá en órbita Conae. Los anteriores fueron SAC-B (misión fallida), SAC-A, SAC-C y SAC-D. Luego, la empresa Arsat lanzó otros dos de telecomunicaciones (Arsat 1 y 2).
Fuente La Voz