Mirando hacia el cielo nocturno justo antes del amanecer o después del anochecer, en épocas de inicio del otoño y la primavera respectivamente (para el hemisferio Sur), es posible ver una tenue columna de luz que se extiende desde el horizonte. Ese resplandor luminoso es la luz zodiacal, o la luz solar reflejada hacia la Tierra por una nube de diminutas partículas de polvo que orbitan alrededor del Sol.
La nave espacial Juno de la NASA descubrió accidentalmente un inusual fenómeno mientras volaba a Júpiter:
Nubes de polvo que viajan en rápido movimiento, alejándose de Marte, y que están bombardeando todo el interior del sistema solar, incluida la Tierra.
Desde la NASA indicaron que se dieron cuenta por primera vez cuando corrientes de partículas, que originalmente confundieron con una fuga de combustible, bloquearon las cámaras de mapas estelares de Juno.
Los científicos ya sabían de la existencia de las nubes de polvo en la órbita alrededor del Sol, pero asumieron que estas provenían de asteroides o cometas distantes, los cuales gradualmente se abrieron paso hacia el interior del sistema solar.
Pero una nueva investigación de la NASA, reveló que el culpable de tanto polvo en la órbita es Marte.
Uno de los instrumentos a bordo de la nave espacial Juno detectó por casualidad partículas de polvo que chocaban contra la nave espacial durante su viaje desde la Tierra a Júpiter. Los impactos proporcionaron pistas importantes sobre el origen y la evolución orbital del polvo, resolviendo algunas misteriosas variaciones de la luz zodiacal.
Los científicos de la misión sostienen que su origen procede de las tormentas de polvo de Marte expulsadas al espacio, traspasando su atmósfera, alimentando así al polvo responsable de la luz zodiacal.
Para llegar a este resultado utilizaron las cámaras de Juno para rastrear la distribución y trayectorias de las nubes de polvo.
El Firmamento