Un misterioso objeto subestelar bautizado ‘El accidente’ viene surcando la Vía Láctea a gran velocidad desde hace unos 10.000 millones de años, según un estudio publicado el pasado mes de junio en The Astrophysical Journal Letters.
«Este objeto desafió todas nuestras expectativas», explica en un comunicado Davy Kirkpatrick, astrofísico del Instituto de Tecnología de California y coautor de la investigación.
Un grupo de científicos utilizó los telescopios espaciales Hubble y Spitzer, de la NASA, así como el telescopio infrarrojo del observatorio W. M. Keck, para analizar el objeto en cuestión, considerado como una subestrella o enana marrón, que son soles fallidos que carecen de la masa necesaria para entrar en combustión.
Fue así como descubrieron que ‘El accidente’ se mueve a gran velocidad. Situado a unos 50 años luz de la Tierra, se desplaza por nuestra galaxia a unos 800.000 kilómetros por hora, lo que podría significar que es muy antiguo y ha sido empujado por la gravedad de objetos más grandes durante miles de millones de años.
Asimismo, los astrónomos descubrieron que el objeto subestelar tiene poco metano, un gas común en las enanas marrones con temperaturas similares a las de ‘El accidente’, lo que sugiere que se habría formado hace 10.000-13.000 millones de años, cuando la Vía Láctea estaba llena casi en su totalidad de hidrógeno y helio.
Excepcionamente antigua
Todo esto sugiere que se trata de un objeto subestelar excepcionalmente antigua e increíblemente frío que se formó cuando nuestra galaxia era pobre en metano, lo que explicaría que tenga más el doble de la edad media de todas las enanas marrones conocidas hasta el momento.
«No es una sorpresa encontrar una enana marrón tan antigua, pero sí lo es hacerlo en nuestro patio trasero», asegura Federico Marocco, astrofísico del Instituto de Tecnología de California y coautor de la investigación. «La posibilidad de encontrar una tan cerca del Sistema Solar podría ser una coincidiencia afortunada o el indicio de que son más comunes de lo que pensamos», añadió.
Las enanas marrones pueden ser hasta 80 veces más grandes que Júpiter, aunque, por lo general, contienen solo una pequeña fracción de la masa del Sol. Los expertos creen que estos objetos comienzan su vida como estrellas, pero no acumulan suficiente masa para sostener la fusión nuclear en sus núcleos.